La Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires vivió este jueves una nueva tensión interna que refleja las profundas divisiones dentro del peronismo. La Libertad Avanza (LLA) y el PRO no lograron el quórum necesario para debatir la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en la provincia, pero celebraron haber logrado "quebrar" al bloque oficialista. Por su parte, desde el Partido Justicialista (PJ) minimizan el impacto de la situación y aseguran que las diferencias no son irreconciliables.

La sesión especial convocada por LLA tenía como objetivo discutir el futuro de las PASO en la provincia, pero al momento de la convocatoria, la Cámara se vio marcada por la ausencia de varios diputados clave. Mientras que los legisladores alineados con el gobernador Axel Kicillof se presentaron en el recinto, los diputados cercanos a Cristina Kirchner, al Frente Renovador de Sergio Massa y a La Cámpora de Máximo Kirchner decidieron no participar.

Desde el espacio de la oposición, celebran que este episodio haya dejado al descubierto las diferencias internas en el oficialismo, apuntando a una posible fractura dentro del PJ. Sin embargo, desde el peronismo aseguran que la postura del bloque de Kicillof fue un apoyo al gobernador y no una señal de ruptura. "Eso generó la versión de una fractura del oficialismo, pero está lejos de ser la realidad", sostuvo Alexis Guerrera, presidente de la Cámara y referente massista, quien insistió en que el debate continuará la próxima semana en comisiones y en el pleno del 27 de marzo.

Aunque las diferencias entre las distintas facciones del PJ son evidentes, tanto Guerrera como otros referentes oficialistas insisten en que no se trata de una división definitiva. "Los problemas de los partidos políticos deben resolverse de manera madura, no tirándoselos a la gente", afirmó Guerrera, quien subrayó que el objetivo es brindar certeza a los bonaerenses sobre el proceso electoral.

A pesar de las declaraciones conciliatorias, lo sucedido en el recinto este jueves dejó al descubierto una grieta importante dentro del oficialismo, especialmente en relación a la fecha de las elecciones. Mientras Cristina Kirchner aboga por que las PASO y las elecciones provinciales sean concurrentes con las nacionales, Kicillof prefiere adelantar los comicios, y Massa propone postergarlas para después. "Si no llegan a un acuerdo, todo puede pasar", reconocen en la provincia.

El problema de fondo es que la fecha de las elecciones y la definición de las listas se acerca rápidamente, lo que aumenta la presión sobre los dirigentes para encontrar un consenso. En este contexto, la figura de Massa se ha convertido en un mediador entre Kicillof y Kirchner, quienes mantienen una distancia cada vez más marcada.

El pedido de sesión especial presentado por LLA, a pesar de saber que no lograría el quórum necesario, tenía como objetivo precisamente poner en evidencia las tensiones dentro del oficialismo. "No puede ser que la institucionalidad de la provincia de Buenos Aires esté condicionada por la interna del oficialismo. Es una falta de respeto", señaló Agustín Romo, presidente del bloque de LLA, tras la frustrada sesión.

Desde el PRO, también criticaron la falta de consenso dentro del PJ. "Demostramos nuestro compromiso con la institucionalidad y la previsibilidad del proceso electoral, pero las divisiones internas del peronismo impidieron alcanzar el número necesario para sesionar", expresó el partido en un comunicado posterior.

El próximo jueves 27 de marzo se espera una nueva sesión en la Cámara de Diputados bonaerense, donde finalmente se tratará la suspensión de las PASO. Sin embargo, la incertidumbre sobre la fecha de las elecciones y las diferencias dentro del oficialismo continúan generando un clima de tensión política, en un contexto en el que la unidad del peronismo en la provincia parece estar cada vez más comprometida.